domingo, 10 de diciembre de 2017

Anexo: documentos Fabimag AgroTruck

Extraído de la Revista Super Campo de enero de 1999.
Fabimag dio el batacazo con el desarrollo del AgroTruck, una tolva automotriz que combina las virtudes de un tractor con las de una tolva convencional, para acompañar a las cosechadoras en la recolección de cereales.
"Hace 7 u 8 años que estamos haciendo tolvas auto descargables de tiro, pero queríamos dar un paso adelante, y veíamos que los clientes necesitaban agilidad, por eso desarrollamos esta tolva cerealera autodescargable y autopropulsada", explica el ingeniero Carlos Powel, uno de los artífices del nuevo producto.
Esta máquina ofrece, por un lado, más versatilidad de trabajo que la dupla tractor-carro y por otro, mucho mejor tracción que un camión-carro, ya que cuenta con reductores en las ruedas traseras.
La potencia del motor fue calculada a partir de los tractores que se usan para llevar tolvas de esta capacidad, pero, por su buena transmisión, le alcanza y sobra; de hecho, están analizando la posibilidad de reducirla un poco. Esta máquina puede desplazarse hasta 50 km/h y brinda la posibilidad de enganchar un carretón para llevar otros equipos.
Calzado: Los neumáticos, un tema clave para una máquina tan pesada, son a elección del cliente. "Nosotros podemos asesorarlos - comenta Powel - pero cada dueño adopta los neumáticos que más le convienen para su manera de trabajar, ya que no es lo mismo alguien que va a usar bastante el Agro Truck en la ruta, que si lo va a mover siempre adentro del campo, o si quiere utilizar ruedas de alta flotación para reducir la compactación".
Pero lo más curioso es que, a partir de este modelo cerealero, comenzaron a recibir consultas sobre la posibilidad de hacer otras máquinas autopropulsadas, como carros forrajeros, mixers, encaladoras y estercoleras, entre otras. "Las diversas consultas y pedidos que nos hacía la gente nos llevaron a replantear el proyecto, para no encararlo sólo como tolva cerealera, sino poner el énfasis en el desarrollo del chasis. A partir de ahí, sería más fácil desarrollar otras máquinas", cuenta Powel.
Y lo están logrando. Ya presentaron el carro forrajero autopropulsado y ahora están trabajando en el mixer automotriz.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Anexo: Documento radicación industria de John Deere / No pudieron ser: John Deere 720

A continuación, transcribimos la nota aparecida en la edición de diciembre de 1957 de la revista Mundo Agrario. Agradecimiento especial por el material a Tadeo Buratovich (Arequito, Santa Fe).

Un nuevo aporte a la industria nacional del tractor: Desde hace algún tiempo se venido insistiendo en los medios industriales y rurales de que una de las más importantes y antiguas fábricas de tractores y maquinaria agrícola establecería en la Argentina una planta fabril para la producción de tractores. En este reportaje Mundo Agrario ofrece a sus lectores una información veras y lo más completa posible sobre tan auspiciosa noticia para la mecanización agrícola adelantada por un alto funcionario industrial.

Muy afablemente nos recibe el sr Stanley M. Madill cuando se le anuncia que un representante de Mundo Agrario desea entrevistarlo con respecto al próximo establecimiento de una fábrica de tractores en nuestro país. Como vicepresidente de John Deere Argentina S.A.I.C. que se halla en su período formativo, empresa de la cual será su gerente general, desarrolla el señor Madill una intensa actividad. Es un antiguo amigo de nuestro país desde su primera visita en 1930, en conexión con problemas sobre maquinarias para el cultivo del maíz. Desde entonces ha realizado 9 viajes a estas tierras, prolongando su estadía, en una ocasión, 2 años. Nuestro entrevistado, con natural gentileza, se dispone a contestar nuestras preguntas.

- ¿Cuál es, sr Madill, el plan industrial que ha llevado a la empresa norteamericana a establecer una planta fabril en la Argentina?
- Desde hace casi 3/4 de siglo, la firma John Deere es una de las principales proveedoras de maquinaria e implementos agrícolas de la Argentina. En sus laboratorios y departamentos de ingenieros especializados, se estudian los problemas que plantean las condiciones locales de ciertas agriculturas. La Argentina, que durante tantos años ha sido uno de nuestros principales clientes de ultramar, ha recibido la dedicación especial de nuestros diseñadoras, y de ahí el famoso rendimiento de su maquinaria en estas pampas. Como jefe de ingenieros de la empresa, he seguido de cerca el estudio de esos problemas y la búsqueda de sus soluciones. La producción agropecuaria de este país no ha llegado a su nivel de saturación: muy al contrario, le está reservado un futuro mucho más brillante. Pero su posición privilegiada en los mercados mundiales se basará en una más completa mecanización del trabajo rural. Es una lógica imposición para reducir los costos y obtener mayor volumen de productos. Los cambios que se han producido en la moderna tecnología agropecuaria, la necesidad de aumentar la capacidad ganadera de los campos, que exige el cultivo de forrajes, el paso de la agricultura extensiva a una práctica semiintensiva, con fertilización, etc, el mayor número de explotaciones especializadas como la frutícola y hortícola, en las cuales la Argentina tiene su mayor porvenir, llevan a la imperiosa necesidad de disponer de un creciente número de tractores y maquinarias agrícolas de toda clase. Nada más lógico y justo que ese problema no sea contemplado desde un punto de vista de expansión exclusivamente comercial, sino industrial, beneficiando a la Argentina, tradicionalmente nuestro cliente, con la instalación de una moderna planta fabril para proveer esa creciente necesidad de tractores e implementos, ofreciéndole mayores oportunidades para construir un sano y estable equilibrio económico y social entre lo pastoril y lo industrial. El peligro que existe de dedicarse exclusivamente a una economía unilateral, ha sido bien comprendido por el actual gobierno argentino al fomentar la inversión de capital extranjero para la radicación de industrias. Y no hay duda que si hay una industria relacionada a la actividad básica del país, ella es la de maquinaria agrícola. Por otra parte, esas fábricas, además de proporcionar los necesarios elementos de mecanización, permiten formar en sus talleres un importante número de obreros especializados que luego prestan un valioso servicio al agro mecanizado, sea como empresarios de equipos o como mecánicos.

- Entendemos que se han hecho presentaciones para la instalación de la fábrica...
- En efecto. En diciembre de 1956, los representantes de la firma John Deere formularon una propuesta preliminar a las autoridades argentinas, declarando que la radicación de su capital industrial se basaba en la confianza que tenía la empresa, en el futuro del país, tanto económico como político. Se asumía el compromiso siempre que existieran condiciones de libre competencia, en igualdad con los fabricantes establecidos o que se establecieran, por cuanto de existir o de crearse privilegios sería antieconómico iniciar y desarrollar una industria mayor. Nada más justo que esperar un trato equitativo en una actividad tan compleja y que demanda una gran inversión de capital.

- ¿Se hicieron gestiones posteriores a la de diciembre de 1956?
- Luego de varias consultas a autoridades competentes del gobierno, la empresa John Deere hizo un nuevo estudio de la propuesta original en el sentido de ampliar el proyecto. Varios de nuestros ingenieros especialistas vinieron de los Estados Unidos y analizaron hasta qué punto las fábricas de la industria auxiliar local podrían contribuir a un programa de producción mucho más ambicioso que el que se había presentado en primera instancia. Esos estudios se iniciaron hace varios meses y continuarán por algún tiempo. Con un análisis más profundo de las posibilidades, en junio pasado se constituyó una sociedad anónima provisional: John Deere Argentina S.A.I.C., con un capital autorizado de $ 100 millones. Esta entidad dio margen a una propuesta más completa, afirmando el interés inicial de la empresa en hacer inversiones en la Argentina, ampliando el programa de producción. Esta propuesta fue sometida el 20 de septiembre pasado a estudio del Banco Central.

- ¿Podría adelantarnos, sr Madill, algunas características de ese programa de producción?
- A partir de un año de aprobado el plan, la fábrica argentina de John Deere tendrá una producción básica de 3000 tractores anuales y de una cantidad proporcional de implementos, esenciales para el mejor aprovechamiento de la capacidad agrícola del tractor. Estos implementos han sido diseñados como "partes", podríamos decir, que integran el modelo de tractor que se proyecta producir, obteniéndose una mayor eficiencia de la máquina. En el plan de producción fabril, estos implementos serán elaborados en casi 100% en la Argentina. Se importarán únicamente materias primas y posiblemente, un reducido número de componentes muy especiales que no se pueden obtener en el país o que, dado el reducido número que se necesita de ellos y elevado costo de la maquinaria que requiere su producción, representaría una inversión antieconómica.

- ¿Se contempla en ese plan la participación de la industria auxiliar?
- Por muchas razones, entre ellas la muy importante de la especialización. Ninguna planta fabril tiene capacidad de "autosuficiencia", aún en los Estados Unidos. De ahí que se estén realizando esos estudios preliminares por parte de nuestros técnicos acerca de la posibilidad de encargar a la industria auxiliar nacional alrededor del 50%  de las partes del tractor que se proyecta fabricar en el país. La empresa espera que, en base a sus especificaciones, la industria auxiliar, con la eficiencia que la caracteriza, desempeñe esa responsabilidad de contribuir con tan importante volumen de producción.

- ¿Qué tipo de tractor se piensa producir en la fábrica nacional?
- Sin perjuicio de otros planes, se piensa fabricar un modelo que es la más moderna concepción en materia de tractores. Es el 720 Diesel "John Deere", que fue presentado a fines del año pasado a la agricultura norteamericana con extraordinario éxito. Su certificado de homologación en el Instituto de Nebraska tiene el N° 594. De acuerdo con ese certificado, que como se sabe tiene un valor mundial dada la responsabilidad con que se conducen esos ensayos, su potencia máxima corregida es de 58,84 CV sobre la polea y 53,66 CV en la barra de tiro. Un hecho notable de este modelo es que su consumo de combustible es el más reducido de todos los tractores ensayados en la Universidad de Nebraska, donde se homologan modelos de todas las fuentes productoras del mundo. Se contempla la producción de 3 tipos de este modelo: el de 4 ruedas, de trocha ajustable; el triciclo para cultivo en hilera, y el de máxima altura libre para los cultivos de caña de azúcar. En el modelo "720 D" la polea forma parte del equipo normal, y es opcional la toma de fuerza, el levante hidráulico de barra oscilante y uno o dos cilindros remotos, además del enganche a tres puntos con control de carga y profundidad. Estas son algunas de las características técnicas de este tractor que prestará a la agricultura argentina, sin lugar a dudas, el mismo servicio eficiente que a la norteamericana, donde ha tenido un ponderable éxito.

- La cantidad inicial de producción de tractores indica la instalación de una planta industrial de considerables proporciones...
- Se ha calculado que la fábrica, en pie de funcionamiento, es decir, incluyendo el valor del terreno, costo de edificios, maquinarias y equipos para la fabricación, insumirá alrededor de 5 millones de dólares. El programa de financiación que se considera necesario durante los primeros 5 años de funcionamiento podrá llegar hasta los 9 millones de dólares adicionales suministrados por la casa matriz John Deere C.A., incluyendo la reinversión de todas las utilidades producidas por John Deere Argentina S.A.I.C., por un período mínimo de 5 años. Esta reinversión será destinada exclusivamente a ampliar las facilidades de producción.

- ¿Algo desea agregar, sr Madill, a estas declaraciones?
- Sencillamente y para aclarar el programa de producción de un mínimo de 3000 tractores anuales, agregaría que el material y parte del tractor provendrán de 3 fuentes: las que se elaboren en nuestra planta con materia prima extranjera y nacional, las que se procuren en la industria auxiliar del país y las que, por necesarias razones técnicas, se importen del exterior. El plan de producción contempla intensificar el volumen de las 2 primeras fuentes, mientras se reducirá, consecuentemente, el correspondiente a la 3ra, es decir, la importación de parte del extranjero. Este programa, además de proveer 3000 unidades al agro argentino, significará un ahorro de divisas de 3400000 dólares por año, en el primero de ponerse en práctica, hasta duplicar esa suma en el 5to año. La firma Agar, Cross & Co. Ltd, que ha sido distribuidora de nuestros productos durante más de 60 años, no sólo facilitará nuestras relaciones con los usuarios, sino que colaborará eficientemente, como es su característica, en la red de servicio mecánico para el nuevo tractor argentino.
No deseamos ocupar más el tiempo del sr. Stanley M. Madill y agradeciendo en nombre de los lectores de Mundo Agrario sus interesantes declaraciones, nos despedimos augurándole los mayores éxitos en la empresa que beneficiará positivamente al país en todos los aspectos de su progreso económico y social.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Anexo: documentos FIAT CONCORD (tractor n° 10000)

Según la revista Mundo Agrario, de 1958: Simboliza el esfuerzo de la industria nacional - EL TRACTOR N° 10000.
"Algunos años atrás, los habitantes de la tranquila ciudad de Córdoba no habrían creído que en sus vecindades funcionaría un establecimiento fabril organizado con tanta eficiencia, que a los pocos años produjera la importante y halagüeña cifra de 10000 tractores. Bien puede repetirse en este caso: "nunca se hizo tanto en tan poco tiempo".
El buen chacarero Bernardo Ridao, con esa altivez y estampa congénitas de los hombres de la tierra de América, que parecen llevar toda el alma de España, tomó emocionado la botella de champaña.
Ante él, se hallaba un flamante tractor Fiat R60. Don Bernardo lo miró como si aquel armonioso conjunto mecánico, maravilla de la inventiva humana, tuviera también espíritu. Durante un minuto o dos titubeó, y luego, con decidido ademán, bautizó al tractor rompiendo la botella de champaña.
Es un acto clásico, lleno de simbolismo, como iniciando con la alegría espumante de la champaña, una larga vida de servicios para el hombre.
En verdad, que ese acto simbólico tenía un gran significado. Don Bernardo Ridao, chacarero de Balcarce, provincia de Buenos Aires, entraba en posesión del tractor 10000 de auténtica producción nacional. Hace unos años, no muchos, hubiera parecido imposible que en la Argentina se pudiera producir un tractor pro la complejidad de fabricación.
10000 tractores indican la existencia de una organización fabril en alto grado eficiente, responsable. ¿es que acaso los argentinos no estábamos preparados para tan alto nivel industrial? La experiencia industrial no puede nacer sin un largo proceso. Es necesario haber emprendido un largo y costoso camino para llegar a producir un tractor o cualquier otra máquina que significa un alto desarrollo técnico, una depuración de procesos mecánicos, tener facilidades para obtener nobles materiales, etc.
En realidad, la Argentina, hace unos pocos años, no se hallaba preparada para tan alta empresa.
Ello ha sido posible por la inversión de fuertes capitales, que lógicamente, necesitan un clima de paz, una profunda fe en el futuro del país y un sentido del progreso de la actividad donde se ha de colocar la producción de esa organización industrial. Pero no sólo eso es todo. Con el capital es necesario introducir métodos de alta técnica fabril, personal muy especializado, las más modernas máquinas-herramientas y establecer un complejo engranaje de producción, que debe ser de lo más perfecto posible para el éxito de la empresa.
Cuando en tan pocos años de existencia, una fábrica logra producir 10000 tractores, significa que hay madurez industrial, una firme base económica y un mercado que ha sido conquistado por la nobleza de esa producción fabril.
Muy posiblemente, don Bernardo, en el momento de bautizar a su tractor, que lleva el n° 10000 de producción Concord, no conocía todo lo que significaba haber llegado a fabricar tal cifra de unidades (desde luego, a esta fecha muy superada), pero es indudable que sentía la emoción del momento, tanto como el concesionario de Agromecánica, distribuidor de los tractores CONCORD, sr Alfredo Donati, en cuyo conocido salón de ventas de Balcarce tuvo lugar la ceremonia.
Asistieron al acto, representantes de la prensa metropolitana y local, de la banca y el comercio, funcionarios provinciales y numerosos amigos de la firma concesionaria.
Don Bernardo Ridao, es un colono muy estimado en la zona y siembra 25 hectáreas. Posee alto sentido del valor que representa la moto mecanización para obtener mayores rendimientos.
El hecho que sólo cultive 25 hectáreas hace más significativa su decisión de introducir la tracción mecánica en las labores agrícolas. Es un hombre rápido de pensamiento y tiene ese gracejo inimtable de las tierras del mediodía español.
Piensa, con verdadero criterio económico, que su labor personal - con la ayuda de su nuevo tractor, desde luego - puede duplicarse o triplicarse y, entonces, realizar servicios fuera de su predio en favor de vecinos o interesados. Esta forma de encarar económicamente el mayor provecho de su jornada de trabajo es una excelente base de superación y no hay duda que los ingresos que obtendrá lo han de llevar a ser poseedor de mayor número de hectáreas.
En las actuales investigaciones sobre economía rural, se da gran importancia al número de horas por año que el productor dedica a su principal o principales cultivos comerciales. La introducción del tractor en la labor campesina implica no sólo una mayor eficiencia en las diferentes operaciones del gran cultivo, menor numero de horas de trabajo, mas hectáreas en producción, por cuanto no tiene necesidad de reservar parte de su chacra para la alimentación de los animales de trabajo, sino que puede aprovechar mas horas por día, o jornadas enteras en ciertas labores auxiliares en su mismo establecimiento o en otros de la localidad, aumentando sus ingresos. De ahí que se dice que la moto mecanización se paga por sí sola.
El chacarero balcarceño Ridao, muy estimado en la zona, se siente orgulloso con la adquisición de su Fiat R60. Afirma que los colonos, por lo menos en su zona, conocen perfectamente cómo extraer el mayor provecho del tractor y que la marca es toda una garantía. Piensa que sus hijos o sus nietos arraigarán a la tierra al poseer elementos mecánicos que facilitarán su labor.
Y es la verdad, don Bernardo, con esa intuición notable de los hombres de campo, ve un futuro mejor para nuestra juventud rural. La afirmación de una industria nacional de tractores y maquinarias agrícolas permite pensar en un porvenir seguro para la actividad agropecuaria, sin el temor de que conflictos extraños le impidan abastecerse de maquinaria, como fue la triste experiencia de la última Guerra Mundial, cuyas consecuencias se han hecho sentir con fuerza en el progreso agrícola del país.
La fábrica Concord S.A.I.C. de Ferreyra, provincia de Córdoba, en un lapso asombrosamente corto, no sólo ha montado una de las más modernas fábricas de esta parte del continente, sino que ha establecido una organización industrial que, verdaderamente, llama la atención hasta a los especialistas industriales. Es que cuenta con una experiencia de organización depurada a través de muchos años en centros fabriles de Italia y Francia, donde las exigencias en los métodos y resultados han hecho escuela. La búsqueda en elementos de superación lleva a una notable eficiencia en todos los planos, porque es la base para triunfar en un mercado de competencia.
Todos estos beneficios han sido trasladados a nuestra tierra. Por eso ha sido posible ese milagro de producción, no sólo porque uno del os tractores que lleva el n° 10000 se halla en servicio, labrando el suelo argentino, sino porque todo eso se ha realizado en muy pocos años.
Con esta fábrica, el país cuenta con una eficiente fuente de recursos motomecánicos, cuyas unidades se distribuyen en todos los ámbitos del país a través de 100 concesionarios establecidos, donde el usuario puede acudir en todo momento en busca de información, de un eficiente servicio mecánico y conveniente reserva de partes y repuestos con lo que se impide que el productor pierda preciosas horas de rendidora labor. La industria, entonces, no se reduce al establecimiento fabril de tal o cual localidad, sino que, por la misma razón de su existencia, se extienden a todo el territorio, a través de sus representantes, los beneficios de que se ha afirmado en el país una eficiente industria nacional del tractor.
Don Bernardo Ridao, de Balcarce, con sano y encomiable orgullo tiene su tractor 10000 trabajando en su campo. Pronto, algún productor de Salta o Corrientes, tendrá en servicio el número 12000 o 15000. Las ruedas de la industria no paran, van perfeccionando sobre la marcha, buscando siempre superarse, como tributo al productor rural y al país.