sábado, 11 de enero de 2014

MaqTec

La continua modernización de cultivos agrícolas requiere una permanente innovación en materia de soluciones de las labores: siembre, poda, fumigación, cosecha…e incluso acceso a diversas fuentes de energía. Instrumentar una estrecha cooperación con productores agrícolas y proveedores industriales líderes ha permitido a MaqTec desarrollar soluciones integrales, innovadoras y confiables en diferentes áreas: transformación de energía, poda y cosecha mecánica de olivas, cosecha mecánica de naranjas. Distinguida mediante numerosos premios internacionales, MaqTec ha potenciado su prestigio plasmando una consistente vocación internacional en dirección de mercados de países líderes como Australia, Unión Europea y EEUU. Integrando las exigencias de la globalización de sus mercados MaqTec dispone de una base ingeniería en Venado Tuerto (Argentina), producción Venado Tuerto (Argentina), Mildura (Australia), Córdoba (España) y comercialización en Buenos Aires (Argentina), Mildura (Australia), Córdoba (España) y Florida (USA).
Con la construcción de una nueva planta de 2000 m2 MaqTec amplió su capacidad productiva en la Argentina. Situada en el moderno parque industrial de Venado Tuerto, las nuevas instalaciones permitieron la producción de 10 Colossus para la campaña olivícola 2012. Estas instalaciones se encuentran en un predio de 10.000 metros2 adquirido por la empresa entre los años 2006 y 2008. Las instalaciones se destinan al montaje y ensamblado final de los productos de la empresa. La intención de la empresa es de incorporar en los próximos 3 años las actividades de de soldado, pintura y la administración de la sociedad.
The machine is good (´la máquina es buena´). Esas cuatro palabras, prácticamente las únicas que Martín Bonadeo sabía pronunciar en inglés, abrieron el camino internacional de Olivares de Venado Tuerto, la pyme santafecina que ganó este año el Premio a la Exportación Industrial Más Innovadora y el Premio de Oro a la Exportación de Mayor Valor Agregado que entrega el diario LA NACION y Terminal de Cargas Argentina (TCA). Sucedió en Australia, en Boort, 400 kilómetros al norte de Melbourne. Bonadeo, ingeniero agrónomo, había llegado hasta ahí para convencer a Paul Riordan, presidente de Boundary Bend -una firma líder en el dinámico y emergente sector olivícola australiano-, de que la máquina desarrollada en la Argentina por un puñado de técnicos e ingenieros era la mejor para cosechar olivas, mucho más que la que ofrecían sus competidores franceses y estadounidenses. Y lo logró. Boundary Bend compró en 2003 la primera máquina y, tras él, otra compañía a la cual asesoraba adquirió dos más. Hoy, Australia cuenta con unas 16 Colossus, tal como la bautizaron, trabajando en sus plantaciones. Si bien no es un mercado olivícola por excelencia, su desarrollo es muy similar al de la Argentina en la década del 90: grandes superficies, marcos de plantación similar y topografía plana, pero a diferencia de nuestro país, la mano de obra es escasa y sólo la mecanización de tareas podría sostener la eficiencia de la industria. “Después de exportar las tres máquinas montamos una fábrica allá, con Paul Riordan, para ensamblar. Necesitábamos un servicio técnico y él quería que hubiera gente preparada en Australia”, contó Bonadeo a LA NACION. El 60% de la cosecha del olivar se realiza ahora con estas máquinas, que pesan 20 toneladas, producidas en la Argentina o en Australia bajo licencia argentina. Con este joint venture, MaqTec (nombre comercial de Olivares de Venado Tuerto) se posicionó en el mercado y resolvió la problemática asociada al transporte (ver recuadro), crítica en el proceso de comercialización. Periplo “Llevamos catorce empleados de Venado Tuerto. Viajamos a Durban, de ahí a Johannesburgo, Kuala Lumpur, Melbourne y, una vez allí, contratamos un colectivo y llegamos a Boost, alquilamos una casa y trabajamos tres meses montando las máquinas. En la Argentina, se venden a 300.000 dólares y en el mercado australiano, a 600.000 dólares”, aclara Bonadeo. Según el año, MaqTec combina la fabricación aquí con el ensamble en Australia. Las máquinas tienen un gran porcentaje de componentes importados: las ruedas son suecas, la hidráulica es alemana y americana, las cajas reductoras son italianas… “Las partes metálicas que aportan mano de obra y valor agregado las hacemos acá y se envían en contenedor para ensamblar allá. En algunos casos viajan todos los técnicos y, en otros, sólo algunas personas”, dice Bonadeo. El enfoque integral de la máquina se basó en la adopción de una estructura cabalgante autoportante (ver “La máquina por dentro”) que permitiese el derribo, la limpieza y la entrega de la fruta en continuo, y preservara la planta a lo largo de toda su vida útil. Según los creadores, esta solución es absolutamente superadora de la vieja metodología del vibrado individual del tronco. Colossus se desplaza a una velocidad de entre 0,5 y 2 kilómetros por hora; según el cultivo puede cosechar hasta 350 hectáreas por campaña (unas 50 toneladas de aceitunas diarias). “Hoy preguntás en la industria olivícola cómo se puede cosechar la aceituna y te dicen: «Hay muchas maneras, pero hay unos locos en la Argentina que hacen esto…»”, se alegra Bonadeo. La empresa tiene 40 empleados que trabajan de forma directa y más de 60 proveedores. “No tenemos tornería, plegadora, agujereadora… Trabajamos mucho con la gente que está en Venado Tuerto”, advierte el presidente de MaqTec. Al principio, en 2000, la firma estaba conformada por siete personas. “A Australia fuimos con gente de nuestros proveedores, todos se sacaron el pasaporte para viajar, no sabíamos lo que era exportar y aprendimos. No estábamos preparados, se dio la oportunidad, el nicho. Lo pudimos hacer porque el producto, la elección del camino tecnológico, fue acertado”, dijo.
http://maqtec.com

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